Voy a cerrar la boca. De una vez, pero no por todas. Porque estoy cansado de hablar sólo para mi, como un muñeco al que dan cuerda. Suelto mis tres gracias y se acabó el embrujo. Así que no me apetece. No es por ti, no. No creas que eres tan importante. Es sólo, que las cosas que realmente quiero decir, no sabrían hospedarse en estos tiempos.
lunes, 31 de agosto de 2009
Basta
A veces necesito gritar "basta!". En la oficina, en el médico, en mitad de la calle... Simplemente dar una orden y que todo el mundo se quede en silencio, bien quietito. Y escuchar con claridad tus pensamientos y sentir ese escalofrío que me recuerda, que hoy tampoco te has acordado de mi.
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invierno
domingo, 30 de agosto de 2009
Dejarlo atrás
Podría enterrar el hacha de guerra, es más quiero hacerlo y voy a hacerlo. Porque revolverme y luchar por ti continuamente, sólo puede significar que aún me importas, pero sobre todo, que aún me dueles.
Y no es esto lo que quiero. Hace tiempo que intento dejarlo todo atrás. Superarte con mi indiferencia, que el dolor pase lentamente, sin que te des cuenta, de esta parte de mi vida al centro de tu universo.
Te dejaré atrás. Vas a probar mi indiferencia, mi olvido. Tu medicina.
Y entonces te darás cuenta de cuánto duele y cuál ha sido el tamaño real de tus errores.
Y no es esto lo que quiero. Hace tiempo que intento dejarlo todo atrás. Superarte con mi indiferencia, que el dolor pase lentamente, sin que te des cuenta, de esta parte de mi vida al centro de tu universo.
Te dejaré atrás. Vas a probar mi indiferencia, mi olvido. Tu medicina.
Y entonces te darás cuenta de cuánto duele y cuál ha sido el tamaño real de tus errores.
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invierno
jueves, 27 de agosto de 2009
Mayor
Si me hago mayor, sin previo aviso, por favor, no me lo tengas en cuenta. Será que en algún momento, volvió a invadirme la tristeza.
Así que no huyas de mi madurez repentina. Y llévame contigo a rondar algún parque, o prepara palomitas. Y entonces, cuando vuelvan mis ganas de volver a ser el de siempre, podrás reconocerlas en cualquier parte.
Así que no huyas de mi madurez repentina. Y llévame contigo a rondar algún parque, o prepara palomitas. Y entonces, cuando vuelvan mis ganas de volver a ser el de siempre, podrás reconocerlas en cualquier parte.
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invierno
Mediocres
Al final la "palmadita en la espalda" se la llevan siempre otros. Se da por hecho, que aquel que lucha, se esfuerza y persiste, sin ayuda de los demás, es porque tiene la obligación de hacerlo así y no es preciso, por tanto, reconocer su mérito.
Nadie viene a socorrerme cuando me desmorono; así que procuro mantenerme lo más firme posible. A eso te enseñan la vida, los golpes y los falsos amigos.
Y empezaré a preocuparme, cuando alguien por fin, me tienda una mano en las dificultades; porque ese será el comienzo de mi irreversible decadencia. Estaré sumergiéndome en las aguas de la mediocridad.
Nadie viene a socorrerme cuando me desmorono; así que procuro mantenerme lo más firme posible. A eso te enseñan la vida, los golpes y los falsos amigos.
Y empezaré a preocuparme, cuando alguien por fin, me tienda una mano en las dificultades; porque ese será el comienzo de mi irreversible decadencia. Estaré sumergiéndome en las aguas de la mediocridad.
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invierno
lunes, 24 de agosto de 2009
Sangre
Nadie ama la sangre. No al menos de una manera sana y natural. En mi vida, siendo franco y un poco ruin, debo reconocer que sobran las expresiones de afecto motivadas por la pura consanguinidad. No las acepto y espero no caer en la tentación nunca.
No las expreso y no me las creo. No puedo querer y respetar a alguien cuya razón de ser es sublevar y zaherir a las personas que le rodean; aunque comparta mi sangre, aunque seamos, miembros de la misma familia. Y me dan igual tíos, primos o abuelos. El cariño no nos acompaña como un gen más al nacer. El cariño se gana día a día, se cultiva, se mima, se pelea por él. El sentimiento de pertenencia que acompaña a las familias, la integración, no existe en el vacío, no se produce taxativamente; precisa de un contexto, de un esfuerzo continuo y desinteresado.
Así que no, conmigo no os equivoquéis, no creáis que todo está consentido y perdonado. O que simplemente "no hay nada que perdonar", porque seamos miembros de la misma familia. Las cosas serán así en vuestro mundo hipócrita y desleal. Pero no en el mío. Y no voy a traicionarme de nuevo, no a vuestra costa, ni en deshonor a mi memoria.
Siendo así, para mi no existís. Ahora es tarde para las segundas oportunidades; y lo que no habéis sido capaces de solucionar hasta este momento, no cometáis la estupidez de intentar remediarlo ahora.
No las expreso y no me las creo. No puedo querer y respetar a alguien cuya razón de ser es sublevar y zaherir a las personas que le rodean; aunque comparta mi sangre, aunque seamos, miembros de la misma familia. Y me dan igual tíos, primos o abuelos. El cariño no nos acompaña como un gen más al nacer. El cariño se gana día a día, se cultiva, se mima, se pelea por él. El sentimiento de pertenencia que acompaña a las familias, la integración, no existe en el vacío, no se produce taxativamente; precisa de un contexto, de un esfuerzo continuo y desinteresado.
Así que no, conmigo no os equivoquéis, no creáis que todo está consentido y perdonado. O que simplemente "no hay nada que perdonar", porque seamos miembros de la misma familia. Las cosas serán así en vuestro mundo hipócrita y desleal. Pero no en el mío. Y no voy a traicionarme de nuevo, no a vuestra costa, ni en deshonor a mi memoria.
Siendo así, para mi no existís. Ahora es tarde para las segundas oportunidades; y lo que no habéis sido capaces de solucionar hasta este momento, no cometáis la estupidez de intentar remediarlo ahora.
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invierno
Espléndido
Al final de un día espléndido siempre me pregunto ¿y ahora qué? Porque tengo la impresión de que la vida es bucle cerrado de alegrías y contratiempos; y tras algo increíble o una temporada de experiencias positivas, sólo puedo esperar que las cosas se tuerzan.
Así que hoy me siento espléndido y resignado; a la expectativa de que un nuevo derechazo, surja de las tinieblas para abatirme.
Así que hoy me siento espléndido y resignado; a la expectativa de que un nuevo derechazo, surja de las tinieblas para abatirme.
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invierno
jueves, 20 de agosto de 2009
Aferrarse
Nos aferramos a gente que no nos interesa, ni nos conviene. Gente a la que nosotros tampoco interesamos en absoluto. A veces, insistimos más con quien menos nos conoce. Nos preocupamos por dar una buena imagen ante aquellos que nunca nos valorarán realmente.
El ser humano es así; necesita mantener ciertas reminiscencias del pasado. Perdurar, aunque sea de manera superficial, ficticia. Queremos dejar constancia de nuestra existencia. Recordarle a los demás que seguimos aquí y presumir de ello; aunque nadie vaya a echarnos de menos después de tanto.
Aferrarse, aparentemente a una existencia feliz y completa. Aferrarse a la apariencia, e intentar que parezca real.
El ser humano es así; necesita mantener ciertas reminiscencias del pasado. Perdurar, aunque sea de manera superficial, ficticia. Queremos dejar constancia de nuestra existencia. Recordarle a los demás que seguimos aquí y presumir de ello; aunque nadie vaya a echarnos de menos después de tanto.
Aferrarse, aparentemente a una existencia feliz y completa. Aferrarse a la apariencia, e intentar que parezca real.
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invierno
miércoles, 19 de agosto de 2009
Amigos
Cuando me siento aburrido o defraudado me conecto a una de las redes sociales que están de moda (tuenti, facebook, etc). Siempre recibo alguna notificación de un antiguo desconocido que me solicita su amistad.
Es increíble comprobar que cada día tengo más amigos, aunque ninguno me hable desde hace años y yo me sienta más solo que nunca.
Es increíble comprobar que cada día tengo más amigos, aunque ninguno me hable desde hace años y yo me sienta más solo que nunca.
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invierno
Desaparecido
Estoy desaparecido. Algunos incluso se han dado cuenta. Son pocos, claro.
Al principio suponía un esfuerzo, es cierto. Estaba pendiente de todo lo que ocurría a mi alrededor, advirtiendo que me iba, explicando cómo y dónde encontrarme. Era como llevar un luminoso en el que decía "no estoy, ¿os dais cuenta? ¿alguien se ha percatado?". Huir para provocar la búsqueda.
Ahora, tras el desasosiego inicial, esta soledad se ha convertido en una especie de bendición. Porque a pesar de todas las facilidades de la llamada era de las comunicaciones; aún se puede estar solo. Todavía anónimo y absolutamente abandonado. Consciente y feliz de ser uno mismo.
Al principio suponía un esfuerzo, es cierto. Estaba pendiente de todo lo que ocurría a mi alrededor, advirtiendo que me iba, explicando cómo y dónde encontrarme. Era como llevar un luminoso en el que decía "no estoy, ¿os dais cuenta? ¿alguien se ha percatado?". Huir para provocar la búsqueda.
Ahora, tras el desasosiego inicial, esta soledad se ha convertido en una especie de bendición. Porque a pesar de todas las facilidades de la llamada era de las comunicaciones; aún se puede estar solo. Todavía anónimo y absolutamente abandonado. Consciente y feliz de ser uno mismo.
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invierno
lunes, 17 de agosto de 2009
Usar y tirar
No puedo evitarlo, pero creo que finalmente, es un error conceptual. No es solo y simplemente, que yo sea temperamental, atolondrado y difícil de aguantar. Es que además, mi definición está equivocada, o al menos no coincide con la del resto del mundo.
Y después de meditar, ésta es la única conclusión clara y definitiva que he sido capaz de hallar. Estoy equivocado. Desde siempre. He pasado toda mi vida, culpándome y cuestionándome. Pero sólo es eso. El dogma central en el que baso mi fe en la amistad, es erróneo. Porque yo incluyo conceptos como lealtad, sinceridad y reciprocidad; y los demás no. O al menos no los practican con la misma consistencia con la que los predican. Y todos somos amigos mientras yo tenga algo que ofrecerles. Y luego se acabó.
Así que tendré que empezar a comportarme como el resto del rebaño; estableciendo jerarquías según lo que puedo obtener de cada uno. Medir el cariño o el respeto, en torno a los beneficios que reportan.
Y después de meditar, ésta es la única conclusión clara y definitiva que he sido capaz de hallar. Estoy equivocado. Desde siempre. He pasado toda mi vida, culpándome y cuestionándome. Pero sólo es eso. El dogma central en el que baso mi fe en la amistad, es erróneo. Porque yo incluyo conceptos como lealtad, sinceridad y reciprocidad; y los demás no. O al menos no los practican con la misma consistencia con la que los predican. Y todos somos amigos mientras yo tenga algo que ofrecerles. Y luego se acabó.
Así que tendré que empezar a comportarme como el resto del rebaño; estableciendo jerarquías según lo que puedo obtener de cada uno. Medir el cariño o el respeto, en torno a los beneficios que reportan.
Se acabó el consejero fiel, vamos a vender confidencias a precio de saldo, lealtad en rebajas. Amigos de usar y tirar.
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invierno
Traición
Están los recuerdos. Pasean de un sitio a otro con tu presencia, o mejor dicho, con tu apariencia. A veces son molestos, insisten en lucirte en cualquier ocasión. Los recuerdos, esa especie de trofeo que nos presta la vida.
Pero no significan nada, en el fondo, son un puñado de imágenes insolentes. Puedo borrarlos de un plumazo. Un golpe, un poco de ron, un par de poemas que te apartarán de mi.
Y entonces dime, ¿qué hago después con este sentimiento?, ¿dónde guardo la desolación y el aprendizaje que saqué de todos tus engaños?, ¿cómo se pasa esta traición?
Pero no significan nada, en el fondo, son un puñado de imágenes insolentes. Puedo borrarlos de un plumazo. Un golpe, un poco de ron, un par de poemas que te apartarán de mi.
Y entonces dime, ¿qué hago después con este sentimiento?, ¿dónde guardo la desolación y el aprendizaje que saqué de todos tus engaños?, ¿cómo se pasa esta traición?
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invierno
domingo, 16 de agosto de 2009
No eres nadie
Te lo puedo decir mil veces; y sé que no me equivoco. No posees nada especial. No tienes ningún talento que te haga diferente del resto del mundo. Apenas compartimos un par de cosas en común. No eres, ni de lejos, lo mejor que he conocido. No ríes más, ni mejor que nadie. No eres más guapa, ni más alta, ni más simpática que cualquier otra. No eres más que un puñado de huesos vulgar, inconsistente. No tienes nada que ofrecer. No mereces la pena, no eres nadie.
Y puedo decírtelo así, a la cara. ¿Empiezas a darte cuenta de lo corriente que eres? Porque yo me lo repito cada día, pero no se me graba.
Y puedo decírtelo así, a la cara. ¿Empiezas a darte cuenta de lo corriente que eres? Porque yo me lo repito cada día, pero no se me graba.
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invierno
sábado, 15 de agosto de 2009
Esfuerzos
Voy a hacer un esfuerzo, para valorar lo que ha quedado entre nosotros. Es posible, que lo malo no sea tanto, después de todo. Tras las mentiras; y el pequeño tumulto doloroso que permanece, aún puedo enumerar un buen número de cosas excepcionales.
Pese a todo, si hago un esfuerzo, soy capaz de reconocer que mi vida ahora es mejor; y todo gracias a existir en tu contra.
Pese a todo, si hago un esfuerzo, soy capaz de reconocer que mi vida ahora es mejor; y todo gracias a existir en tu contra.
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invierno
martes, 11 de agosto de 2009
Ese día
Sin saber muy bien porqué, a veces, vamos perdiendo amigos en el camino. Nos queda la indiferencia o, en ocasiones (éstas son las peores), la incertidumbre de cómo o cuándo fueron apartándose de nuestra vida. Y no hay ninguna razón de peso. Ninguna explicación. Simplemente se fueron diluyendo en el tiempo o la distancia.
Sin embargo, para ti, para tu caso, existe un momento exacto; un segundo preciso, en el que todo se evaporó. La lástima, es que hasta ahora, hasta hoy mismo, no he sido capaz de comprenderlo. Ahora que ya me has hecho más daño del que era necesario.
Y puedo verte con claridad, alejándote de mi, de lo nuestro, colgada del brazo de tu nuevo amor, mientras el viento borraba tus huellas de la arena y el calor sofocante difuminaba tu cintura. Te veo alejarte, mirándome de reojo, para asegurarte de que el golpe ha surtido el efecto esperado. Media sonrisa y movimiento de caderas. Y fue aquella tarde, claro, mientras te pavoneabas abrazada a un tío al que apenas conocías. Ese tío, al que un día, culparías de tus fracasos y errores, como ya habías hecho conmigo. Siempre cobarde, refugiándote en el costado de otro.
Y aún te veo perderte en el horizonte de arena; y por fin entiendo, que para ti, ese día, ya había acabado todo. Y yo no existía.
Sin embargo, para ti, para tu caso, existe un momento exacto; un segundo preciso, en el que todo se evaporó. La lástima, es que hasta ahora, hasta hoy mismo, no he sido capaz de comprenderlo. Ahora que ya me has hecho más daño del que era necesario.
Y puedo verte con claridad, alejándote de mi, de lo nuestro, colgada del brazo de tu nuevo amor, mientras el viento borraba tus huellas de la arena y el calor sofocante difuminaba tu cintura. Te veo alejarte, mirándome de reojo, para asegurarte de que el golpe ha surtido el efecto esperado. Media sonrisa y movimiento de caderas. Y fue aquella tarde, claro, mientras te pavoneabas abrazada a un tío al que apenas conocías. Ese tío, al que un día, culparías de tus fracasos y errores, como ya habías hecho conmigo. Siempre cobarde, refugiándote en el costado de otro.
Y aún te veo perderte en el horizonte de arena; y por fin entiendo, que para ti, ese día, ya había acabado todo. Y yo no existía.
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invierno
De ida y vuelta
Volver, a veces, es una manera fantástica de convencerte de que hiciste lo correcto al huir allá dónde demonios te fuiste.
Mis vueltas son siempre breves, pero intensas. Reafirmaciones en sí mismas.
Porque tengo miedo y dudo. Me cuestiono el mundo, mi actitud, la manera en que he ido componiendo mi vida... y el miedo sigue; pero también se atisban algunas certezas. Y no sé si estoy haciendo lo correcto; incluso dudo, de si al menos, estoy haciendo lo que quiero.
Así que observo, todo aquello que no me gusta, la pequeña montaña de desatinos por la que salí corriendo. Observo y apunto: la vida, a fin de cuentas, se compone de unos cuantos descartes. Soy afortunado, conozco las cartas que no quiero en mi baraja. Las marco. Y me aseguro de seguir teniendo miedo, de seguir dudando, pero siempre en las afueras de lo que no soy y no quiero ser.
Me mantengo así; a base de idas; volviendo sólo un poco, para asegurarme de mi buena mano. Para dormir tranquilo, sabiendo que no me he convertido, aún no, en aquello que detesto.
Mis vueltas son siempre breves, pero intensas. Reafirmaciones en sí mismas.
Porque tengo miedo y dudo. Me cuestiono el mundo, mi actitud, la manera en que he ido componiendo mi vida... y el miedo sigue; pero también se atisban algunas certezas. Y no sé si estoy haciendo lo correcto; incluso dudo, de si al menos, estoy haciendo lo que quiero.
Así que observo, todo aquello que no me gusta, la pequeña montaña de desatinos por la que salí corriendo. Observo y apunto: la vida, a fin de cuentas, se compone de unos cuantos descartes. Soy afortunado, conozco las cartas que no quiero en mi baraja. Las marco. Y me aseguro de seguir teniendo miedo, de seguir dudando, pero siempre en las afueras de lo que no soy y no quiero ser.
Me mantengo así; a base de idas; volviendo sólo un poco, para asegurarme de mi buena mano. Para dormir tranquilo, sabiendo que no me he convertido, aún no, en aquello que detesto.
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invierno
viernes, 7 de agosto de 2009
Dudas
Hay días en que me asaltan dudas. Hoy, por ejemplo, me pregunto quién se creyó grande sin reconocer nunca un error. Cuántas veces más vendrán a juzgarme todos tus fantasmas. O cuántos siguen convencidos de que el orgullo conduce a algún sitio.
Pero sobre todo, pienso: ¿ningún imbécil se mordió la lengua a tiempo? y ¿por qué siempre hablan de menos los que más tienen que decir?
Pero sobre todo, pienso: ¿ningún imbécil se mordió la lengua a tiempo? y ¿por qué siempre hablan de menos los que más tienen que decir?
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invierno
Solo por hoy
Solo por hoy te presto una etiqueta para la rutina. Después volveré a ser el chico raro de siempre; y todos se preguntarán qué demonios ves en mi.
Pero solo por hoy, digamos que te quiero, con todas sus consecuencias; y que prefiero que la vida tenga algo más de ti y algo menos de orgullo.
Y ahora que he roto los esquemas, volvamos a actuar como si nada hubiera pasado.
Pero solo por hoy, digamos que te quiero, con todas sus consecuencias; y que prefiero que la vida tenga algo más de ti y algo menos de orgullo.
Y ahora que he roto los esquemas, volvamos a actuar como si nada hubiera pasado.
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invierno
lunes, 3 de agosto de 2009
Amenazas
Amenazo con mi futuro. Amenazo con ponerme serio y avanzar. Quebrar los miedos, mantener la cabeza alta. Amenazo con evolucionar, con agarrar las incertidumbres por el cuello; zarandearlas y acabar con ellas.
Amenazo con devolver a cada uno al sitio que le corresponde; empezando por mi mismo.
Amenazo con devolver a cada uno al sitio que le corresponde; empezando por mi mismo.
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invierno
sábado, 1 de agosto de 2009
Siendo sincero
Para serte sincero, hay días en los que no puedo. Son momentos de debilidad, en los que me apetece salir huyendo. Rendirme.
No es justo. Vivir luchando contra todo (y contra todos), oír siempre los mismos murmullos, poner cara de tonto y aceptar las mentiras, sentirse juzgado y condenado sin motivos. Ver como se empeñan en destruirte, tu manera de no querer/no saber defenderte, la indignación de costumbre y mis ganas de arreglarlo todo a golpes. No es justo, pienso; y normalmente aprieto los puños y me muerdo el labio y sigo peleando. Pero hay días, en los que mi furia se transforma en desidia. Días en lo que quiero huir de todo, también de ti. Por ti, por nosotros.
Afortunadamente esos días, son siempre pocos.
No es justo. Vivir luchando contra todo (y contra todos), oír siempre los mismos murmullos, poner cara de tonto y aceptar las mentiras, sentirse juzgado y condenado sin motivos. Ver como se empeñan en destruirte, tu manera de no querer/no saber defenderte, la indignación de costumbre y mis ganas de arreglarlo todo a golpes. No es justo, pienso; y normalmente aprieto los puños y me muerdo el labio y sigo peleando. Pero hay días, en los que mi furia se transforma en desidia. Días en lo que quiero huir de todo, también de ti. Por ti, por nosotros.
Afortunadamente esos días, son siempre pocos.
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invierno
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