Alguna vez he hablado aquí de remordimientos. De lo poco que se llevan
en los últimos tiempos, si es que alguna vez se llevaron. De la
facilidad con que nos fabricamos, en el acto, excusas útiles para
ignorarlos. El estado del bienestar incluye eso, imagino. El bienestar
personal a toda costa. El no sentirse responsable, o culpable, de nada.
Pero no siempre es así. A veces, el daño infligido a otros sigue
presente en nuestra memoria y nos acompaña hasta el final, obligándonos a
mirarlo cara a cara. No sé ustedes, pero en mi archivo personal tengo
algunos remordimientos, o estragos que tienen mucho que ver con ellos.
Fueron muchos años pisando caminos raros y cristales rotos. Y ninguna
supervivencia es impune, claro.
*/ De todas las lecciones que aprendí, herirte fue la más difícil. Siempre preferí ser mi propio verdugo antes que una piedra en tu zapato.
"De todas las lecciones que aprendí, herirte fue la más difícil.
ResponderEliminarSiempre preferí ser mi propio verdugo antes que una piedra en tu zapato."
Frase para identificarse totalmente.
Algunos.
Me gusta.