domingo, 13 de noviembre de 2011

La luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues
,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas
.

(Jaime Sabines)


La locura... tan tenaz, tan productiva, siempre dispuesta a sobrepasar las prescripciones. Preparada para empacharnos de luna, volarnos por los aires, alimentar los sueños.

El error es quedarse a dieta hambriento de vuelos, tristemente cuerdo, anclado a la razón, al suelo.


*/ Gracias a los que me regalan poemas nuevos...

1 comentario:

  1. Me suena el tal Jaime Sabines.
    La cosa es que he mirado en tus entradas antiguas y no lo he visto.
    ¿Donde lo habré leido?

    Por cierto...
    Me gusta.

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